«Un hombre equivocado» de Roberto Cossa

 

Grandes actuaciones y estupenda dramaturgia.

El dilema de un hombre bueno

Por Adriana E. Lauro

En los albores del retorno a la democracia en mayo de 1983, se estrenó la película El arreglo de Fernando Ayala. El guión fue escrito  por Carlos Somigliana y Cossa, inspirado en un hecho real. La versión libre de Roberto  Tito Cossa sobre aquel film acaba de subir a escena en el Teatro Cervantes. La obra rescata el tema pero concentra la historia en menos personajes. La acción se centra en la modesta casa de la familia Bellomo cuyo jefe, Luis -que interpreta Awada- es un pintor de paredes que se obstina en mantenerse firme en sus principios cuando es presionado para aceptar una propuesta. “…en un barrio suburbano -cuenta Roberto Cossa, recordando la historia que inspiró la película- la municipalidad dispuso iniciar las obras para poner el agua corriente, algo que cambiaría la vida de los vecinos. Pero ocurrió que por esas cosas del destino (o de la burocracia) los límites del barrio terminaban en la mitad de una calle. Es decir, que los vecinos de una vereda se verían beneficiados y los de enfrente no…”

Es innecesario pero imprescindible, reafirmar los quilates de Roberto Cossa. Utilizando el recurso del recuerdo (Una nieta quiere que su abuela le cuente quién fue Luis Bellomo), el espectador asiste a las circunstancias que muestran la vida de este héroe trágico, firme en sus convicciones e incomprendido por el pragmatismo y la necesidad de sus vecinos.  Anclado en un tiempo histórico difuso, la pieza logra trascender hechos puntuales de la vida política de nuestro país y sin embargo reactualizar hechos que envuelven a la sociedad en su conjunto.

No se trata de un problema moral sino de un dilema, motor fundamental para la acción dramática. Todos tienen sus razones y el espectador, el que completa la historia, participa de manera activa de ese derrotero. Hasta hay aplausos en algunas escenas, muestra de la identificación con los personajes. Sin alusiones concretas, otro mérito de la obra, la historia de Bellomo deviene en universal. Una suerte de «enemigo del pueblo» que también sobre el final  descubre sus límites.

La dirección de Villanueva Cosse precisa y sutil, logra una partitura dramática que permite disfrutar de cada momento.  Alejandro Awada, encarna a Luis Bellomo con hondura,  Alejandra Darín  tiene ante sí el desafío de componer a la mujer del protagonista como una anciana que recuerda y como la esposa de mediana edad treinta años atrás; su lucimiento es excelente.  Renglón aparte para Vando Villamil y Manuel Vicente, con actuaciones insuperables. El resto del elenco  muy preciso  y ajustado en sus roles.

Destacables los rubros técnicos, vestuario, escenografía, música y la bella iluminación de Leandra Rodríguez.

Otro hecho para destacar es que esta producción comenzó con la gestión anterior del Teatro Cervantes y  se ha podio estrenar este año. No hacerlo hubiera privado a los espectadores de un excelente espectáculo, en una hermosa sala y con precios accesibles, acorde a los tiempos que corren.

TEATRO NACIONAL CERVANTES. LIBERTAD 1155. CABA

SALA MARÍA GUERRERO

Funciones: Jueves a sábados a las 21.00 horas. Domingos a las 20.30 horas.

Localidades: plateas 75 pesos. Jueves 60 pesos.

Dirección: Villanueva Cosse

Alejandro Awada,

Alejandra Darín,

Sofía Bertolotto,

Maia Francia

Gustavo Pardi

Manuel Vicente

Vando Villamil

Leandro Barceló

Facundo Godoy

Abel Zárate

Música: Mariano Cossa

Iluminación: Leandra Rodríguez

Vestuario: Daniela Taiana

Escenografía: Gabriel Caputo